PALABRAS EN LIBERTAD

Cuando las palabras viven en libertad y se unen a una libre inspiración nace un libro redactado por alguien que se le llama escritor@.
Ser escritora es un reto para alcanzar una meta, de alcanzar un lector. Cuando se hace realidad es una fiesta de palabras en libertad.

miércoles, 4 de enero de 2017

LA ENVIDIA PUEDE SER DESTRUIDA

               

              La luz de una nueva luna ilumina la agitada ciudad como anuncio de que una nueva noche pica a la puerta del tiempo. Una luna tímida que se esconde tras la nubes grises que tal vez presagian una tormenta.  La oscuridad celestial va ganando la batalla a la luz del sol que se esconde sin remedio en la línea del horizonte.  Una luna que no se cansa de perseguir al astro sol, pero que nunca consigue alcanzarle, consumiendo incansable e insaciable el tiempo de la vida.

                La luna, hoy como siempre con un nuevo vestido, aparece grande y brillante tras esas nubes que le impiden lucir, con libertad, su nuevo traje de gala. Las luces repentinas de relámpagos en la lejanía abren la fiesta en una nueva noche, acompañadas de la música de los tambores de unos truenos que han decidido participar de forma voluntaria. Pero las nubes cargadas de envidia por la majestuosidad de la luna han decidido ocultar a la princesa de los cielos nocturnos.

            Tal vez los relámpagos y truenos no se han dado cuenta de que no anuncian a una exuberante luna. Tal vez ellos son parte contratada de las nubes grises para evitar que la luna brille en la oscuridad de una nueva noche. La luna, que se encuentra triste y sola tras la pérdida de los tenues rayos de su inalcanzable sueño de amor, lidia entre nubes, rayos y truenos.  La orquesta cada vez está más cerca de la ciudad que se calma lentamente, tras un ajetreado día, sin ser consciente de la gran batalla que se celebra en el cielo que la protege.


             

             La luna, que siempre surca la inmensidad del espacio, ha decidido dejar paso a quienes quieren usurparle su nueva noche. No quiere batallas, no quiere guerras. Ella sabe que a pesar de que quieren robarle esta nueva oscuridad jamás podrán quitarle el ser testigo de los amores y desamores que se viven en las calles de la ciudad. Ella sabe que la envidia que despierta a esas nubes no le impedirá que en cada oscuridad amanecida, ese tiempo cuando los rayos de sol deciden ocultase, sea la gran protagonista. Ella conoce su camino, tiene un objetivo y a pesar de las dificultades del camino ha decido salir en busca de su amor perdido.

               No tiene miedo, no teme a las envidias de unas grises nubes, ni al ruido de los tambores de los truenos, ni a la intensa luz de ese rayo que surca los cielos. Ella con su constancia y perseverancia volverá la próxima noche para perseguir su sueño y ser testigo de todo aquello que ocurre en las calles de la ciudad. Ella como en cada oscuridad estrenará un nuevo traje para demostrar al mundo que no ha sido vencida, que a pesar de su soledad ilumina el cielo oscuro de la ciudad.

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